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Aprender a programar: Un simple contenido o un derecho educativo. 

Si empezamos este artículo preguntándonos si es reamente importante aprender a programar, con toda seguridad muchas de las respuestas serían positivas, es evidente que el conocimiento de la programación y la tecnología informática se está volviendo cada vez más importante en una amplia gama de campos, desde los negocios hasta la ciencia y las artes.…


Si empezamos este artículo preguntándonos si es reamente importante aprender a programar, con toda seguridad muchas de las respuestas serían positivas, es evidente que el conocimiento de la programación y la tecnología informática se está volviendo cada vez más importante en una amplia gama de campos, desde los negocios hasta la ciencia y las artes. Como tal, brindar al alumnado la oportunidad de aprender a programar es una forma importante de ayudarlos a prepararse para el futuro y tener éxito en las carreras que elijan o los objetivos que se propongan. Pero si solo nos quedamos con estas líneas y cerramos nuestra opinión con esta explicación, nos estaremos perdiendo en una capa superficial donde realmente hay mucho más que añadir y profundizar. 

El desarrollo de nuevas habilidades o el potenciar competencias desde edades cada vez más tempranas desde el ámbito educativo, es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos desde las aulas. El desarrollo cognitivo, el pensamiento crítico o aptitudes numéricas o memorísticas son factores que tienen su mayor potencia de desarrollo en ciertas edades, aunque se puedan trabajar durante toda nuestra vida, y es aquí donde el uso y el conocimiento de la programación nos puede ayudar.  

Pensar en programar va mucho más allá de robótica o códigos y además es un error pensar que únicamente está alojado en el ámbito tecnológico, su integración en las aulas debe ser vista desde una perspectiva más amplia y con un objetivo de aprendizaje más transversal. 

La programación es una habilidad valiosa que puede beneficiar al alumnado de varias maneras. Puede ayudarlos a desarrollar el pensamiento crítico y las habilidades de resolución de problemas, y también puede ser una actividad divertida y atractiva que promueva la creatividad y la colaboración. 

Es difícil decir si los estudiantes que aprenden a programar son más competentes que los que no. Sin embargo, hay evidencias que sugiere que aprender a programar puede mejorar las habilidades cognitivas y el rendimiento académico general de un estudiante. 

Aunque pensemos que estos estudios son novedosos ya durante la década de los 90 el artículo Effects of Logo and CAI environments on cognition and creativity explicaba en sus conclusiones que los niños que usaron el lenguaje de programación Logo en educación infantil demostraron mayor capacidad de atención, más autonomía, y mostraban un mayor placer por el descubrimiento de nuevos conceptos. Y en esta misma línea, un estudio a mayor escala en edades de primaria que programaban con el mismo lenguaje (Logo and Geomtry) demostró que obtuvieron mejores resultados en pruebas de matemáticas, razonamiento y resolución de problemas. 

Aunque es un hecho, que el concepto de programación es un aprendizaje que puede llegar a ser complicado y complejo de llevar a edades educativas muy tempranas, ya que implica del conocimiento previo de un tipo de lenguaje, que por muy simple que sea, como por ejemplo la programación por bloques, puede tener una curva de aprendizaje alta para esta madurez educativa. 

Por este motivo antes de la programación se debe hablar de un aprendizaje un poco más elevado, como es el aprendizaje computacional, o como se conoce actualmente el pensamiento computacional. Un concepto que podemos definir como la forma de dividir los desafíos que se nos plantean, en pasos más manejables o sencillos, para de esta manera encontrar una solución que nos permita seguir avanzando y generalizar en otros retos fuera del mismo contexto. 

Un grupo de personas en una oficina

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Este tipo de pensamiento se puede llevar de una manera más efectiva en edades más tempranas ya que se puede introducir como una herramienta para la resolución de problemas o tareas y no necesariamente tecnológicas sino de cualquier ámbito. 

El pensamiento computacional es la forma de entender de como una computadora resolvería una tarea, por lo cual nos permite la división de una tarea complicada en otras más simples y el cómo secuenciarlo hasta llegar a su resolución, algo que perfectamente puede ser aplicado en un aula. 

Entendiendo el sentido de programar desde una vertiente educativa y escalado a las diferentes etapas, se puede afirmar que este contenido puede ser perfectamente aplicable en las aulas y que por tanto tendrá un impacto en las competencias y habilidades del alumnado que lo trabaje. Pero la pregunta mas correcta que se debe hacer en la actualidad educativa que nos encontramos, es si realmente el impacto de estas competencias y habilidades que se adquieren son tan importantes y necesarias en comparación con el alumnado que no las ha trabajado. Para contestar correctamente a esta pregunta se debe entender que implica el desarrollo de un pensamiento computacional en edades tempranas, e incluso ya no solo cerrado al computacional, si no también al matemático o científico.  

En mi opinión todos estos pensamientos nacen de nuestro pensamiento crítico, el poder desarrollarlo desde temprana edad nos permite abordar otro tipo de pensamientos de una forma más sólida y coherente. 

Desde el punto de vista matemático nos dará la posibilidad de razonar para entender y no simplemente mecanizar para obtener. A mi entender las matemáticas no solo deben ser explicativas y manipulativas, también deben ser verbalizadas para acercarlas a la realidad. Todo esto debe estar basado en una buena didáctica donde el pensamiento matemático es una de sus bases. 

Creo que el buen desarrollo del pensamiento matemático al igual que el computacional permite el crecimiento de unas habilidades muy transversales, es decir la capacidad de poder aplicarlas más allá del ámbito de las matemáticas o la tecnología. Habilidades como el descubrimiento o la exploración nacen de preguntarnos porque suceden las cosas, y aunque las matemáticas pensemos que es un mundo “exacto” no es del todo cierto y la divergencia en el desarrollo de las soluciones es algo muy enriquecedor. 

Un estudio realizado en 2014 (Linda Werner, Jill Denner, and Shannon Campe. 2014. Children Programming Games: A Strategy for Measuring Computational Learning. ACM Trans. Comput. Educ. 14, 4, Article 24 (February 2015) https://doi.org/10.1145/2677091) encontró que los juegos de programación pueden ayudar a mejorar la comprensión del alumnado sobre el aprendizaje computacional. 

Se cree que el alumnado de hasta diez años pueden beneficiarse directamente de las oportunidades de participar en el pensamiento computacional. Se puede comenzar resolviendo acertijos en papel, continuar en tableros de juego y, en última instancia, completar las soluciones en computadoras. A través de este proceso, el alumnado puede ser guiado a través de actividades de pensamiento algorítmico cada vez más complejas que se construyen a partir de su conocimiento tácito y entusiasmo por el juego. 

Este estudio en particular se concluyó que, al participar en actividades de pensamiento computacional, los niños obtuvieron una mejor comprensión de los patrones de pensamiento algorítmico. Esta comprensión mejorada podría traducirse bien en actividades matemáticas y reforzar las habilidades de resolución de problemas. Estas ganancias pueden tener un claro impacto positivo en su desempeño como estudiantes y, a largo plazo, como profesionales. 

El campo de la informática es una de las pocas disciplinas profesionales en las que es completamente aceptable fallar casi constantemente. El error no solo es reconocible de inmediato, es decir, un programa se «rompe» y no funciona según lo pensado, sino que literalmente no se puede lograr el éxito hasta que se manejen todos los errores. Incluso los programas más sencillos requieren que un codificador comprenda un conjunto de problemas y los resuelva; de lo contrario, el código no se ejecutará según lo previsto. 

Por todo ello, una habilidad muy interesante que se puede adquirir gracias a la programación y la cual no es en muchas ocasiones mencionada es el llamado “aprendizaje del error”.  

Cuando el alumnado comienza a programar, aprende que el fracaso es pasajero y no tiene por qué ser frustrante o un obstáculo para el progreso. Incluso los pequeños éxitos pueden proporcionar el estímulo que el alumnado necesita para superar los problemas en su actividades o tareas. Con el tiempo, esta perseverancia puede reforzar su valor y servir como uno de los indicadores más importantes de su éxito educativo y futuro profesional. 

Una mujer con un celular en la mano

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Este tipo de aprendizaje desarrolla la capacidad de recuperarse después del fracaso. Se aprende que el fracaso no es necesariamente algo malo y, de hecho, a menudo puede ser algo positivo porque sirve como una oportunidad de aprendizaje. Esta es una de las razones más importantes por las que los niños deben programar, ya que aprenderán rápidamente que «depurar» su código es la mitad de la diversión y parte del objetivo a conseguir. 

Las personas más exitosas en la vida no son aquellas que evitan el fracaso, sino aquellas que lo ven como una señal útil. (Duckworth) 

Analizando todos los puntos que se han mencionado ya en el articulo y valorando las ventajas que puede llegar a tener la enseñanza de la programación en edades educativas, se nos abre otra importante puerta en la metodología y modalidad de integración de estos conceptos en el aula. Entendiendo modalidades de aprendizaje como la forma de enseñarlo, podemos decir que tanto la programación como el pensamiento matemático tienen modalidades distintas. El pensamiento matemático, es un tipo de pensamiento y por lo tanto se puede enseñar y trabajar por medio de las llamadas rutinas de pensamiento. Como por ejemplo técnicas de VEO, PIENSO, ME PREGUNTO con el objetivo de activar conocimientos previos y establecer conexiones con nuevos aprendizajes. 

Por otra parte, el aprendizaje de la programación se hace de una forma más lógica donde tiene que existir una importante capacidad de razonamiento. En este tipo de aprendizaje podemos incluir el pensamiento algorítmico, el cual como se ha mencionado anteriormente, les da la habilidad de poder resolver problemas concretos para posteriormente tener la capacidad de aplicarlo de forma general. 

Como conclusión podemos remarcar la importancia de que el pensamiento computacional y como consecuencia un aprendizaje a programar debe considerarse de conocimiento general por parte de las instituciones, principalmente porque el objetivo prioritario no es en crear expertos en programación, sino personas que convivan en una sociedad donde esta habilidad y competencia será un uso de su día a día, independientemente de cual sea su situación profesional. Además, debe ser un conocimiento accesible y de calidad en su implantación en las aulas y por supuesto bajo una estandarización y rigor evaluativo. En mi opinión como docente estos son unos pilares básicos para que se produzca un desarrollo de estas nuevas habilidades y competencias de una manera continua, para inspirar en el alumnado su curiosidad, imaginación, juego, invención y creación.  

El trabajo de estas habilidades aportadas al aula no es una idea nueva o una moda pasajera, sino un concepto fundamental y como docentes uno de los primeros pasos que debemos seguir para su integración es revisar nuestro plan de estudios e identificar oportunidades para inculcar habilidades computacionales que nos permitan mejorar el entendimiento, resolución y comprensión de conceptos dentro de nuestras asignaturas.